domingo, 21 de febrero de 2010

VIENTOS BLANCOS, ELEVADOS PENSAMIENTOS


VIENTOS BLANCOS, ELEVADOS PENSAMIENTOS



Remad hasta quedar sin fuerzas y, ahí,
Comprenderéis el motivo de mi pasión.
Un hombre debe tener los pies a la altura
de los pies.
Miguel Oscar Menassa


Ha triunfado otro ay y contra nadie.
César Vallejo

Enamorado de la vida,
mirada limpia, azul turquesa,
sonríe al futuro con la fuerza del presente
y dice a sus hermanos:
Observad la inmensidad del océano
que se abre ante nuestros ojos,
navegaremos sobre él
en una pequeña balsa
empujada por vientos blancos y elevados
pensamientos,
arribaremos a puertos lejanos,
donde innobles hombres
bajo túnicas negras
nos mostrarán cadáveres sombríos
que exclamarán nuestro nombre en vano.

El camino será largo, angosto,
daremos emoción al espíritu
y nuestros cuerpos se embriagarán
del frescor de las mañanas estivales.

Pondrán a nuestros pies
vestidos con sandalias de rutas desconocidas
inmensas fortunas, perfumes voluptuosos,
ricos marfiles y corales,
para que nuestras bocas griten
lo que ellos quieren oír.

Serpientes de cascabel silbarán
encantos de mujer
que pondrán trémula nuestra carne.

Quiméricos dioses nos enseñarán con alegría
el destino en un paraíso,
decorado de tapices y de fragancias inconcebibles.

Y en esa inmensidad que nos rodea y perturba
“remad hasta quedar sin fuerzas y, ahí,
comprenderéis el motivo de mi pasión”.

Aprender de los sabios que posan su mano
sobre el hombro para decir:
“Ha triunfado otro ay y contra nadie”,
amado hombre sencillo que cae y ya no llora,
vuelo insondable alrededor de la galaxia,
roca dinamitada por falsos ideales,
turbulencias del corazón amado,
“un hombre debe tener los pies a la altura de
los pies”.




VICENTE PRADA GÓMEZ
*Cuadro: "Esperando el comienzo" de Miguel Oscar Menassa